FIESTA DE LA CRUZ DE MAYO
Esta fiesta, en Chile, es propia del mundo rural. Es una costumbre que se extiende desde la Colonia Española. La fiesta litúrgica que se celebraba en la víspera del tres de mayo en el calendario litúrgico universal fue suprimida en la última reforma al resaltarse la otra fiesta del 14 de septiembre, aun así los obispos chilenos decidieron mantenerla.
En variadas localidades rurales de la zona centro-sur de Chile, una familia del lugar es la encargada de guardar y preservar la Cruz. Esta familia con ayuda de los vecinos del sector se encarga de organizar la celebración y todo lo que ello implica.
En Chile (especialmente en la zona rural) se celebra de esta forma: El grupo (ataviado de forma campesina) va cantando la melodía: "Aquí va la cruz de mayo, visitando a sus devotos con un cabito de vela y un cantarito de mosto" y alguien sostiene la cruz de madera -con espacios para las velas y demás decoraciones- y las personas van cantando casa por casa, parecido a los villancicos navideños. Los canticos dedicados a los vecinos generosos y a aquellos que no lo son, dicen: “Esta es la casa de las rosas, donde viven las hermosas…” y “esta es la casa do los pinos, donde viven los mezquinos…”
Es tradición que los habitantes de las casas visitadas por la Santa Cruz de Mayo colaboren con algún dinero o alimento que será distribuido entre los pobres.
Además la comunidad ayuda a la familia en la preparación de los alimentos para todos quienes hayan asistido al evento. Esto debido a que la festividad comienza al atardecer y se prolonga durante varias horas, hay lugares donde dura toda la noche.
La celebración de la Cruz de Mayo correspondiente al 2010, en la comuna de Chillán Viejo, contó con la participación de unas 300 personas que en procesión llegaron hasta el lugar del acto central. La ceremonia fue encabezada por el cura párroco Fernando Varas y por el alcalde Felipe Aylwin. En la oportunidad se recibió la ofrenda de la comunidad, se dieron las bendiciones y enseguida se procedió a encender la fogata (luminaria) que simboliza la quema de todos los elementos negativos que durante el año afectaron a la comunidad. Y jóvenes y niños reventaban cuetes, petardos y los tradicionales tarros con carburo para dar más espectación a la celebración.
Vino a continuación la celebración con música tradicional y algunos pies de cueca del público asistente, mientras tanto se repartía al resto del público sopaipillas, vino navegao, chicha, pebre, chancho en piedra, castañas cocidas, confites y jugos para los niños.
Fue un grato momento de devoción y de sano esparcimiento en torno a una de las tantas fiestas pagano-religiosas de nuestro pueblo.
domingo, 2 de mayo de 2010
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