miércoles, 31 de marzo de 2010

SAN SEBASTIAN ALLENDE LOS ANDES





Al igual que en Yumbel, donde se viene celebrando la fiesta de San Sebastián desde 1663, cada 20 de enero y 20 de marzo, en la ciudad de Las Ovejas, en el departamento de Minas, en el norte de la provincia del Neuquén, también se celebra con mucha devoción esta festividad religiosa.

Estuvios presente el pasado 20 de enero en Las Ovejas, y se pudo comprobar con qué fervor la población de aquella extensa provincia transandina rinde culto a la imagen de San Sebastián, desde hace aproximadamente unos noventa años, luego que un grupo de chillanejos se estableciera en la zona y comenzaran, en el entorno familiar, la veneración del santo.




En la actualidad, el San Sebastián de Las Ovejas, tiene el carácter de fiesta religiosa nacional, porque hasta esa pequeña localidad llegan peregrinos de todas partes del país.
Los preparativos comienzan en el pueblo con bastantes días de anticipación, para recibir en forma a los miles de peregrinos que se hacen presente a pagar sus mandas y a comprar todo aquello que es menester para el hogar y la buena pinta.

Las numerosas misas que se cantan en honor al Santo van matizadas de cantos folclóricos característicos de toda la Patagonia y donde no faltan las cuecas y tonadas de raíz auténticamente chilena. Debemos señalar que el 80% de la población del norte neuquino , y tal vez un poco más, es de origen chileno. Parral, San Carlos, San Fabián, Chillán, Yungay, son los lugares de origen de la primitiva población de esa zona de Argentina.

En la tarde del día 19, llega hasta el pueblo una cabalgata que reúne unos 400 o 500 peregrinos de todos los rincones de la provincia; por la noche la población se vuelca en una peregrinación nocturna con cánticos y antorchas hasta el santuario, donde se reza y se canta al Santo. Muy temprano por la mañana del día 20, los fieles sacan en procesión por las calles del pueblo la imagen de San Sebastián. Concluyen los actos en la noche del con el Fogón Hermandad donde toma participación todo el pueblo y suben al escenario todos aquellos que quieran elevar un canto al Santo, a la vida o a la tierra.

Llama mucho la atención el fervor religioso de la juventud la que en interminable caravana se desplazaba desde Chos Malal hasta Las Ovejas (100 km) caminando día y noche para poder cumplirle a su Santo patrono.




domingo, 28 de marzo de 2010

CARMEN ARRIAGADA

FUNDADORA DEL ROMANTICISMO CRIOLLO?



Según la historia de la literatura nacional el romanticismo literario se inicia con Alberto Blest Gana a mediados del siglo XIX, con su clásica obra “Martín Rivas”. Sin embargo, revisando los sucesos de la historia social de Chile nos encontramos con una chillaneja nacida en enero de 1808, y que nos dejara como legado una nutrida correspondencia mantenida con el gran amor de su vida, el pintor alemán Juan Mauricio Rugendas.
Carmen, crece en medio de las importantes relaciones sociales de su padre, Pedro Ramón Arriagada, ligado estrechamente a la lucha por la independencia de Chile, comparte con José de San Martín, Blanco Encalada, Benjamín Viel, entre otros. Se la reconoce como muy crítica del accionar político de Diego Portales, Joaquín Prieto y Manuel Bulnes. Tiene un dominio perfecto del español, el inglés y el francés. En sus lecturas encontramos a Dumas, Víctor Hugo y Walter Scott. Nada común para las mujeres de su época y que nos confirma su fuerte espíritu inquieto, impulsivo y tremendamente liberal.

El 11 de agosto de 1825, sin la aprobación de sus padres contrae matrimonio con el militar prusiano, al servicio del gobierno de Chile, Eduardo Gutike Mundt, once años mayor que ella y que al tenor de la correspondencia se desprende que nunca logró despertar en su adolescente esposa el amor y mucho menos la pasión que sí encontró en Rugendas.

Una vez casada traslada su residencia a Linares, en su fundo Llancanao. Son frecuentes sus visitas a Talca y a Santiago, donde participaba de la activa vida social y cultural. Es muy posible que en uno de esos viajes Carmen conociera a Juan Mauricio, aunque en una carta se deslizan datos que dan a entender q se habrían conocido, o estrechado una amistad, en el fundo de Linares, en noviembre de 1835.

En carta del 13 de noviembre de 1841, le dice a su amado: “¿Te acuerdas del primer viaje, cuando conociste a tu Carmen? ¿Cuentas los 6 años de amor que hemos gozado?”



A comienzo de 1836, Rugendas hace los primeros retratos de los esposos Gutike; dos a lápiz, de Carmen y del Coronel, y un óleo de Carmen. A raíz de sus primeros contactos amorosos y del retrato pintado por Mauricio, el 30 de enero le escribe “el entusiasmo que sus talentos excitaron en mi alma” y más adelante, con cierta preocupación le dice “hay acciones hechas en estos momentos, cuyo recuerdo excita en el alma atroz remordimiento…” hacia el final de esta misiva, y muy angustiada le hace un llamado: “dígame que no he perdido su estimación… olvide los momentos de locura de su amiga” y como postdata, le hace una urgente recomendación: “Gutike leerá todas sus cartas. Quizás. Prudencia”.

En octubre de 1836, los Gutike en compañía de Rugendas salen de Talca con destino a Constitución, a pasar unos días de descanso en la playa. Allí, el pintor hace un nuevo dibujo de Carmen. Cuando Rugendas regresa a Valparaíso, Carmen queda muy triste y abatida. Le escribe, tal vez la carta de amor más bella y romántica de todas.
“!Oh, mi Mauricio! Cómo podré yo hacerte conocer cuánto te adoro y cuánto tu ausencia me martiriza! Es cierto que no estás a mi lado, es cierto que pasarán los meses y los años sin que yo te vea, sin que tus ojos me puedan dejar, sin el amor que fui tan feliz de inspirarte… Que espantoso es para mí ahora el mundo. Mi vida pasa tan insípidamente ¡Tu amor la embelleció!...Nuestro amor no está manchado con nada de criminal o vulgar. Es tu alma que yo quiero en ti. Esa alma fogosa y noble, que muchos desconocen y que yo me lisonjeo de comprender”.

De regreso en Talca, los Gutike-Arriagada comienzan una crisis provocada por los celos del coronel y que le van a acompañar por toda la vida. En algún momento de crisis, Carmen le grita a su marido que la encierre en un convento porque no quiere vivir más con él.
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Los encuentros de los enamorados fueron pocos y muy fugaces, pero, según la correspondencia, de gran intensidad, como queda de manifiesto a través de las numerosas cartas que aun se conservan.

El 26 de mayo de 1837, desde su residencia en Talca le escribe: “Quieres saber hasta dónde llega mi amor por ti? Oye. Hay horas en que mis quehaceres me distraen de tus recuerdos; otros momentos en que por la debilidad de mi cabeza quedo largo rato sin pensar en nada y completamente enajenada. Cuando llega la hora del descanso, cuando vuelvo en mí, me reprocho como una falta estos momentos de olvido involuntario y me aflijo. No quisiera tener nada que pudiera distraerme, quisiera consagrarte todos los instantes de mi existencia…”

Al comenzar el invierno de 1838, Rugendas realiza una cuarta visita a su amada, esta vez en Talca. Las anteriores habían sido en Linares (1835), en Talca (1836), y en Constitución, (1837). Días antes de la llegada del amado, Carmen escribió una carta con pasajes muy patéticos de su amor por el pintor y de su angustia por no tenerlo junto a ella.

“Si el dedo de la suerte me ha señalado para hacerme sufrir, si todo lo que he esperado me ha salido vano, si el torrente de vida que a veces no cabe en mí no sirve sino a mostrarme después mi completa aniquilación. ¿Qué quieres? He de temer en todo, éste es mi destino, y mis penas no son aquellas que se ofrecen al cielo. ¿Toma en cuenta Dios, acaso, las penas de un corazón culpable? No; mas, espero que estas mismas penas sean el castigo por las faltas, y entonces sufrir con paciencia es un mérito,”

Difícil resulta , amigo lector, seleccionar y sintetizar en tan poco espacio esta manifestación de amor sin medida, de esta chillaneja que solo supo de sufrimientos y desdichas, además de una salud que no le acompañaba. En agosto de 1841, cae enferma, debe permanecer 11 días en cama. Los médicos que la atienden recurren a las sanguijuelas y a la “leche con goma”. Sabiendo que Rugendas esta por llegar a Talca nuevamente, se anticipa y le escribe:
“A tu lado gozaré del benéfico influjo de la primavera y me reanimaré y viviré, te estrecharé a mi pecho y tus dulces besos me volverán la fuerza, el vigor que parece me abandona… seré joven otra vez, pero me contentaré con un beso, con un abrazo, tal vez con verte… ya sé que esos son los únicos goces que puedo pretender del amor… pero en medio de los tormentos de un amor incompleto, me consuela la idea de que al menos lo que gozamos de él no nos deja ni vergüenza ni remordimiento y que así como te amo puedo amarte hasta el último instante de mi vida . El sobresalto no me deja quietud, tengo que despedirme de ti, tengo que imponer silencio al tumulto de mil deseos, de mil quejas que se levantan en mi alma. Adiós, tú por quien yo vivo; el amor mío te acompaña siempre y siempre te amará tu C.” Seguramente la prudencia le llevo a firmar esta carta, simplemente con una C, aunque siempre su correo fue muy seguro y discreto.

Los cuatros años siguientes serán muy duros para nuestra protagonista. A Talca llegan los comentarios de un romance entre Juan Mauricio Rugendas con una joven dama de Valparaíso, la señorita Clarita Álvarez Contardo .El pintor viaja al norte, pasa al Perú y luego a Bolivia. El país vive una efervescencia política, social y cultural. Su salud se complica y la vida junto a su esposo, es cada vez más insufrible.

Ella escribe: “Rugendas, yo estoy tan acostumbrada a padecer, tan hecha al dolor, que no se debe traer a consideración lo que yo sufro, porque, en fin, parece que yo he nacido para eso… Rugendas, perdí la fe y no creo en Dios.” Concluye esta carta seguramente con la vista nublada por las lágrimas: “No, Rugendas, yo no puedo pensar mal de Ud., no. Además, ¿por qué pensaría yo mal porque Ud. Ama a un nuevo objeto, si éste es superior al que Ud. Amo un día? Ud. Se sintió atraído por las gracias, belleza y juventud y no ha encontrado que se ha equivocado. ¿Qué hay de extraño en esto? Si Ud. Por el contrario se hubiera visto inclinado por venganza, por despecho, a un ser joven y bello… Si Ud. Cree que será feliz siempre, séalo y si la bendición de una amiga puede servir de algo, Ud. Tiene la mía. Sea feliz, séalo Ud. … ” Puede haber amor más sublime y generoso que éste.



Mauricio Rugendas regresa a Chile, el 23 de enero de 1845, llega a Valparaíso y aunque había prometido una nueva visita a su amada, ésta se cumple, pero sin la tranquilidad deseada. Estuvo dos o tres semanas en Talca, se despidió de muchos amigos, para Carmen no hubo tiempo. Regresa urgente a Santiago. El 13 de febrero, se encuentra nuevamente en Valparaíso y a través de una nota publicada en El Mercurio del día 14, se despide de sus amistades. Regresa a Europa.

Carmen ha quedado sola, profundamente sola, tristemente sola. Sigue escribiendo. Viaja a Constitución. Después de diez años, va a vacacionar en las Termas de Chillán. De tarde en tarde llegan cartas de Juan Mauricio. El 12 de enero de 1858, Gutike muere en Constitución. El 29 de mayo, de ese mismo año fallece, en Weilheim, Alemania, Juan Mauricio Rugendas.

Aún faltaba más soledad. Ella vivió amando el recuerdo de aquel hombre fugaz. Vivió enferma, deseando morir. Esperando una muerte que se negaba a llegar. Vivió hasta los 92 años, falleció el 16 de junio de 1900, en Talca.

No está Rugendas, no está Carmen. No está el olvido. Tenemos aquellas cartas de amor, de esta chillaneja apasionada y que sin duda constituyen las primeras expresiones del romanticismo chileno. Aquellas cartas están con nosotros para vivir eternamente.

sábado, 27 de marzo de 2010

Lanzamiento del libro

O'HIGGINS, HÉROE INMUTABLE




En el marco de la celebración del Duodécimo Trigésimo Primer Aniversario del Natalicio del Libertador Don Bernardo O'Higins Riquelme, se realizó la ceremonia de lanzamiento del libro O'Higgins Héroe Inmutable, del autor Adolfo Márquez Esparza, en la Casa de la Cultura, de la comuna de Chillán Viejo, Cuna del Libertador, el pasado lunes 17 de agosto e 2009.
La presentación del libro estuvo a cargo del Profesor y escritor, Marcial Pedreros Leal, quien realzó la importancia de este libro para acercar la figura del Libertador, especialmente a las nuevas generaciones de jóvenes.
En forma muy especial intervino en la ceremonia el profesor Eduardo Giuliani Salcedo, Presidente de la Comisión de Seguimiento e Integración Paso Salitre-Lumabia, quien viajó expresamente desde Las Ovejas, en el norte de la provincia de Neuquén, Argentina. En su intervención señaló:
"Adolfo, amigo, no sé como decirte que estoy muy alegre, que tu invitación me llenó de gozo. Que bueno que lo has hecho, que contento me siento por tu logro.
Como verás, la redacción no es mi fuerte.Entonces me puse a estudiar matemáticas y pude llegar a algo menos creativo y a lo mejor un poco más lógico puesto que las matmáticas así lo indican. La alegría, la felicidad y el estar contento seguramente no es de todos los días, por las diferentes presiones con que vivimos continuamente.
Entonces un científico explicó cuanto vivía un ser humano, señaló que vive entre 65 y 70 años como promedio. Supongamos que nosotros estemos algunos años más, esperemos...
Si colocamos en una cesta 1.000 días para compartir con los seres queridos, la familia, los amigos esos momentos de alegría y felicidad que muchos siempre tenemos... y esos 1.000 días que estan todos juntos hay que gastarlos en 20 años o sea de a poco, porque sino fuera así y los gastáramos todos juntos nos quedaría poco tiempo en la ida de momentos felices para compartir. Es decir que tenemos que ser cuidadosos en planificar la mejor forma de gastarlos.
Y entonces me puse a sacar cuentas pensando que algunos días de la semana eran buenos, pero seguro que algunos eran mejores que otros, y dije, bueno... supongamos que es un lunes el día elegido, tengo cuatro lunes al mes, por 12 meses, es igual a 48 lunes, por 10 años, tenemos 480 lunes y por 20 años, 960 lunes, o sea, nos qeda un añito más, 1.008 lunes para compartir.


El Profesor Eduardo Giuliani Salcedo



Como dije, esos días hay que disfrutarlos con todos los afectos que cada uno tiene para ser feliz y hacer feliz al prójimo. Y como hoy es lunes, lo pusimos como un día más que feliz. Te invito hermano a que compartamos este día y algunos más porque te digo que uno se siente de maravilla con vos y son pocos los días que quedan. Sería bueno compartir más seguido pero la distancia por ahí nos lo impide.
Sería bueno lidiar también por la Integración Binacional, que Ñuble pueda integrarse a través de un paso fronterizo. Así las viejas familias que quedaron separadas y todos nosotros también podremos compartir buenos momentos como el que ahora nos convoca.
Hoy en mi país, como aquí en Chillan Viejo, es un día muy importante, aquí por la hermosa obra que presenta mi amigo Adolfo; y allá hoy se cumplen 159 años del fallecimiento del General José de San Martín. Y dentro de tres días otra fecha importante aquí en Chile, el nacimiento del Capitan General Benardo O'Higgins Riquelme.
Quiero compartir con ustedes uno de los dichos del General San Martín, que seguro refleja este momento, aunque nos separa un siglo y medio,el decía: "Los pueblos que levantan escuelas y escriben libros seguramente serán más libres y los tiranos estarán mucho más lejos..." Y otro gran hombre dijo: "los hombres que hacen avanzar la historia, en el nivel más humilde o en el más elevado, son aquellos que tienen la vocación de buscar y construir para todos".
Ilustre Municpalidad de Chillán Viejo, gracias por acompañar a mi amigo el Profesor Adolfo Márquez Esparza, en su nuevo "parto". Adolfo, felicitaciones por tu nuevo hijo de parte de la familia Giuliani y de tus amigos de la Comisón de Seguimiento del Paso Lumabia-Salitre, de Las Ovejas, Neuquén, Argentina."

En la oportunidad se contó con la participación del cantor y gitarrero parralino, César Salazar, quien puso la nota artística al evento.




¿POR QUE LOS FUNERALES DE LOS BOMBEROS SON DE NOCHE?





Era el año de 1859, Chile vivía una encendida revolución con características de guerra civil. Numerosos sectores de la ciudadanía atacaban al gobierno por su excesivo autoritarismo y para que se imprimiera una línea mucho más liberal en sus iniciativas. A pesar que los postulados de los Cuerpos de Bomberos disponen que en ellos no se deba discutir de política ni de religión, aquel año las pasiones y los sentimientos habían rebasado los límites de la razón y de la lógica y la opinión partidista había proliferado entre sus componentes como sucedió en casi todas las instituciones del país.

A los voluntarios de la Tercera Compañía de Valparaíso se les consideraba antigobiernistas debido a que su director, don Ángel Custodio Gallo Goyenechea, era hermano de uno de los jefes más destacados de la revolución, don Pedro León Gallo. Don Ángel Custodio fue encarcelado, como igualmente el captan y un teniente; otros oficiales hubieron de ocultarse, o huir, como lo hiciera el secretario, que se fue al Perú.

Que la persecución política se había desatado se puede comprobar al revisar el libro de Guardia de la Compañía en el cual, con fecha 3 de febrero de 1859, se puede leer lo siguiente:

“Tenemos que lamentar la desgracia de la pérdida de uno de los miembros de la Compañía que ha sido extraído hoy de la casa del cónsul americano. También hay otros que están ocultos, de los cuales ya o tenemos esperanza alguna, para que nos acompañen en nuestro trabajo y fatigas. Que la felicidad y buena estrella los acompañen por doquiera que se encuentren”.

Por esos agitados días falleció el voluntario Domingo Espiñeira. Las autoridades negaron el permiso para que la Compañía reuniera a sus componentes y asistieran a sus funerales. Pero eran tiempos de lucha y había que sacrificarse y exponerse para obtener lo que se anhelaba, y además la lealtad hacia un hermano de ideales estaba por sobre cualquier peligro. Reunidos clandestinamente los terceritos acordaron efectuar los funerales de noche, y así lo hicieron.

No brillaron los bronces de los cascos ni el dorado de los botones de las casacas al reflejarse el sol en ellos; pero cada voluntario que asistió llevaba un sol propio en sus manos: un humilde chonchón que, junto con alumbrar el camino, era la última luz que recibía el hermano de ideales antes de ir a internarse en la oscuridad muda y misteriosa de la eternidad.

Desde entonces, y creando una tradición de magia y leyenda, los Bomberos de todo Chile, sepultan de noche a sus compañeros de nobles postulados; portando en sus manos acostumbradas a las hachas pitones, modestas y humildes antorchas que, acompañando a la muerte, simbolizan el Fuego y la Luz palpitante de la vida.

GALERIA DE PERSONAJES URBANOS

UNA TRADICION DE SEMILLAS Y PLANTAS




Desde hace muchos años, tantos que ya no se ni cuanto, se le ve sentada allí junto a sus pequeñas cajitas, bolsas y medidas, diminutas medidas, vendiendo las semillas que formarán los almácigos tiernamente verdes y olorosos de acelga, perejil, cebollino y cilantro, y que decir de las lechugas y el más picante ají cacho de cabra o el temido “puta madre”.

Junto a esas infaltables verduras de la buena mesa criolla, también nos ofrece las otras semillas, esas que van a germinar en el jardín. Nunca faltan las ilusiones, las agua de nieve, los pensamientos, los gladiolos y los lilium, entre muchas otras.

Con la llegada de la primavera llegan también las plantas de flores y hortalizas que son literalmente arrebatadas por dueñas de casas y vecinos entendidos en huertas familiares. Las reinas luisas, los pensamientos, perritos, violas y crisantemos, clavelinas y rayitos de sol, petunias y violetas, son junto con las plantas de tomates, ajíes, coles y lechugas, el chascú y la albahaca las más buscadas de la temporada.

Quien nos brinda todas estas maravillas y nos permite mantener viva la costumbre ancestral de mantener una huerta en casa y el jardín o los rincones cubiertos de coloridas flores es doña Sabina San Martín Jara, quien con sus más de 30 años en la pérgola del Mercado de Chillán, no hace otra cosa que mantener vivo el recuerdo de su madre, doña Teodorinda -tía Linda, le decíamos cuando niños- quien por cerca de medio siglo llegaba muy de mañana hasta la pérgola procedente de su casa-quinta de la calle Tomás Yávar, de Chillán Viejo.

Sabina es la única de seis hermanos que siguió la tradición dejada por su madre, y así como van las cosas, seguro que hasta aquí nomás llegamos.

Cuando arrecian los fríos invernales siempre nos vamos a encontrar con un minúsculo bracero que apenas entibia el aire alrededor de doña Sabina, pero que le otorga el encanto de mantener siempre preparada la tetera para compartir un matecito, en medio de un agradable olor a azúcar quemada o de unas cascaritas de limón.
DOÑA MARIA SOTO Y SUS DELICIOSAS TORTILLAS AL RESCOLDO



“Cuando la tortilla vio aquellas bocas abiertas y aquellos ojos que la miraban con tanta hambre, se asustó muchísimo. ¡No quería que se la comieran!
Cuando la mamá abrió la puerta del horno, la tortilla dio un gran salto, rodó hasta la puerta y salió corriendo a la calle lo más rápido que pudo…” y corrió, corrió y corrió, como sigue corriendo en nuestra memoria este bello cuento anónimo, que alguna vez, en una humilde salita de escuela nos hizo imaginar una deliciosa y calentita tortilla al rescoldo con mantequilla, así como acostumbraba a hacerla mi abuela Cleme.
Han pasado los años, la modernidad ha invadido todos los rincones de la tierra, pero hay manifestaciones de nuestra cultura ancestral que se niegan a morir. Y hay cultores que a pesar de las dificultades y del mucho trabajo que significa mantener estas tradiciones lo siguen haciendo, porque aman la vida, la naturaleza y las cosas esenciales que conservan desde siglos.



Hace algunos días llegamos hasta el corazón de la montaña, en el sector de Bullileo, allí donde el agua baja cantarina y el boldo y el canelo, junto al arrayán y al peumo se entrelazan con enredaderas de copihues y boqui. En medio de ese paisaje idílico encontramos a doña María Soto y su esposo don Fidel Albornoz. El nido está casi vacío, los hijos repartidos por el mundo (Francia, España, Argentina y en otros rincones de Chile). Allí, al interior de ese cálido hogar campesino revivimos una de las experiencias más maravillosas, que desde la lejana infancia nos viene acompañando. Aunque es parte de la fuente de ingresos de aquellos amigos, esa tarde la señora María nos quiso deleitar preparándonos una crujiente y deliciosa tortilla al rescoldo.
En cosa de minutos los ingredientes estaban amalgamados, mientras en el fogón ardían los troncos de litre calentando el rescoldo. Cuando ya estuvo todo listo, la masa tomó forma y entró misteriosa en la cama de ardiente ceniza. Veinte minutos bastaron para que tuviéramos en la mesa una exquisita tortilla al rescoldo. Así como aquella tortilla del cuento, ésta fue devorada por quienes a esa hora nos reunimos allí en torno al mate y a la amena conversación de entierros, apariciones y “cosas del malulo”.
Una vez por semana doña María y don Fidel bajan al pueblo cargando unas treinta tortillas que han de satisfacer la demanda de otros tantos clientes que esperan ansiosos la llegada de este pan de receta centenaria y muy difícil de reemplazar.



EL CAMARONERO



Un personaje urbano típicamente invernal es el camaronero, el que aparece por el sector del Mercado de Chillán junto con la llegada del invierno. Aunque también se les encuentra en las carreteras de acceso a la ciudad. Vienen a ofrecernos aquel delicioso crustáceo que se cría en las vegas de los campos aledaños a la ciudad y también en los lechos y en las orillas de los ríos.

El camarón (samastacus spinifrons) es un crustáceo decápodo, muy elegante que se desarrolla desde el río Aconcagua hasta la Península de Taitao.

Debido al buen sabor de la carne y a la facilidad de su captura y recolección, se ha convertido en una especie sobre explotada, Además que es una fuente segura de ingresos para la alicaída economía de muchas familias modestas. No se respetan vedas, tallas mínimas ni que las hembras estén en la época de desove.

Tan apetecido es el camarón, que ya son muchas las canciones que se han creado en su honor, especialmente de corte folclórico. De igual forma, en nuestra provincia ya tenemos dos comunas que realizan la Fiesta del Camarón, en San Gregorio (Ñiquén) y en Coelemu.

El camaronero es un hombre sencillo, sacrificado, de mucho esfuerzo. Equipado con una rustica cámara de succión (máquina camaronera), ahora confeccionada con un trozo de PVC, antes era un tubo de latón. Sale muy temprano por las mañanas cuando el día se anuncia con algo de sol o por lo menos sin mucha lluvia. Recorre los campos en busca de las tierras más bajas, las vegas, por lo general abundantes en camarones. Además de las dificultades del frío, la lluvia, el agua que cubre los potreros, muchas veces debe enfrentar la molestia o negativas de los dueños de las propiedades que niegan el acceso.

Así y todo, son muchos los hombres que a diario salen a la aventura de sacar camarones. Cuando la recolección es buena muy temprano por la tarde los encontramos en la tradicional esquina de Maipón y 5 de abril, ofreciendo su producto, que rápidamente se agota porque siempre la demanda es alta, provocada por la delicia que significa una amistosa y familiar camaroneada. Y qué decir del caldito preparado en el agua de la cocción con cebolla, un buen aji y pan frito. Es toda una delicia invernal.

EL AFILADOR DE CUCHILLOS




La quietud de la tarde dominguera de pronto se ve interrumpida por el característico y melodioso sonido de un pito, que de inmediato trae a la memoria antiguos recuerdos de niño corriendo a la siga de personajes desconocidos, pero que significaban un mundo misterioso ante nuestros ojos de niños. La rueda, la polea, el esmeril y la pulidora siempre acapararon nuestra atención. Y nunca faltaron las dueñas de casa, las costureras y uso cuantos vecinos que le llamaban frenéticos para que regresara hasta el frontis de sus casas, donde le esperaban con tijeras, cuchillos y otras herramientas que requerían de buen filo.

El llamado del pito era la primera alerta, luego la mamá o la abuela que nos mandaba a decirle que esperara por que se requería de sus servicios. Y allí nos quedábamos como embobados, mirando a aquel hombre misterioso que cambiaba de posición su máquina y comenzaba a hacer su trabajo. El pedaleo incesante y la cuchilla o tijera que va y que viene, girando eternamente, eran un misterio para nuestros ojos de niño. Un dedo que pasa por el filo, y vuelta al esmeril, y nuevamente tantear el filo, eran toda una proeza que admirábamos, más aún cuando siempre se nos recomendaba no tomar ni jugar con los cuchillos, y la tijera con mucho cuidado, no te vayas a pinchar, un ojo, advertía la abuela.



Han pasado los años, muchos años desde que los vimos por primera vez, sin embargo, están aquí, igual que ayer, recorriendo periódicamente las poblaciones de la ciudad para llevar solución a muchas dueñas de casa. No se por qué extraña razón no nos preocupamos de ir a la ferretería y comprarnos una lima o una “piedra de sentar” para hacer nosotros mismo el trabajito aquel. Será que tal vez en nuestro fuero interno queremos mantener vivo y siempre con nosotros a estos personajes, que por 200 o 300 pesos nos resuelven el problemón de una cuchilla que no corta “ni la mantequilla caliente”.

En este intento por rescatar y perpetuar en la memoria colectiva a estos pintorescos personajes, hace algunos días abordamos a uno de ellos que recorría las calles de nuestro barrio. Su nombre, Eduardo Saavedra Mellado, con 61 años de edad y veinte en el oficio de afilador. Hace 15 años que está con nosotros en Chillán, es originario de Viña del Mar. Atraído “por el buen vino (aunque confiesa que hace mucho tiempo que no bebe una gota de alcohol), el clima y la belleza de las chillanejas”, sentó sus reales entre nosotros y desde el sector oriente baja a recorrer los distintos barrios de la ofreciendo sus servicios.

Confesó estar feliz de la vida porque ésta le ha dado muchas satisfacciones. A lo largo de sus años han sido muy variadas sus actividades. Fue dueño de una obra de ladrillos, vendedor viajero, administró centros de pool y hasta tuvo un camión calichero. Y como es un hombre muy inquieto, también fue dirigente vecinal.
EL CHINCHINERO Y EL ORGANILLERO




Nuestros corazones se inundan de alegría y fantasía cuando la quietud del silencio se rompe de improviso por la música alegre y bulliciosa del chinchinero y del organillero, quienes como perfecta amalgama y desde tiempos muy remotos van llenando de colorido, alegría y música las calles y barrios de la ciudad.

El Mercado, la Plaza de Armas y las poblaciones son visitados frecuentemente por estos personajes que hacen la delicia de grandes y chicos.
El chinchinero es uno de los tantos personajes populares de nuestro país. Se le ve recorriendo las calles de nuestras ciudades cargando en su espalda un bombo, fabricado en forma artesanal, que golpea rítmicamente con unas varillas muy parecidas a las baquetas de las baterías y del cual es capaz de arrancar cualquier ritmo o melodía. Este bombo lleva adosado sobre él dos platillos, generalmente de bronce, que suenan gracias a la acción de una cuerda atada al talón del zapato del chinchinero. Es a partir de estos elementos que se genera una música de orquesta con la cual el chinchinero baila acrobáticamente, saltando y girando en distintas velocidades sobre una improvisada pista.
Esta es, tal vez, la escena más cautivante para los niños, jóvenes y para aquellos no tan jóvenes que aún vibramos y nos maravillamos con las piruetas y ágiles danzas de estos alegres personajes.





El chinchinero trabaja generalmente con un organillero, quien porta un instrumento también de confección artesanal. El organillo es un instrumento compuesto por un cilindro con púas, encerrado en un cajoncito y que se hace funcionar con una manivela. El cajoncito portátil se pinta y adorna con mucho colorido y sobre él, generalmente se pasea un lorito. Según la época del año, estos personajes llevan consigo remolinos, banderitas chilenas y globos para la venta y delicia de los niños
Quien da la pauta de la música a tocar es el organillero. Esta puede ser fox trot, vals, tango o cueca. El chinchinero toca y baila según el ritmo marcado por el organillero
Terminado el espectáculo, un niño, generalmente hijo del chinchinero ó del organillero, pasa con un sombrero pidiendo colaboraciones a los espectadores.

EL LUSTRA BOTAS



En el afán de rescatar el máximo de manifestaciones de nuestra cultura vernácula, revista Hatuey incorpora a partir de la presente edición este espacio destinado a mostrar a aquellos personajes que dan vida a la ciudad, pero que de tenerlos tan cerca, ya casi no nos damos cuenta que viven y están con nosotros, que son parte del paisaje urbano y que están llenos de historias, aventuras y fantasías.

El oficio de lustrabotas se practica en todas partes del mundo. Su origen se pierde en la maraña de la historia de los pueblos. Pero en Chillán tenemos unos cuantos representantes de esta pintoresca actividad. Algunos en la Plaza de Armas y otros en el sector del Mercado.

Hasta una de sus diagonales llegamos una mañana de marzo. Por allí nos encontramos con “el Churrito”, un personaje querido y respetado por todos quienes por décadas han hecho del Mercado su fuente laboral, de abastecimiento y de recreación. Después del reponedor caldillo con un huevito caído donde “El Chico Ernesto” o de la malta con harina, donde “Don Arturo”, hay que pasar donde “el Churrito” para que le saque el brillo que corresponde al calzado.

Según pudimos averiguar, Jorge Yáñez –sí, igual que el folclorista- lleva más de 40 años dedicado al oficio de lustrabotas. En el último tiempo se le ve acompañado de una preciosa gatita, que no se despega del lustrín, y cuando duerme lo hace sobre los paños para sacar brillo. Su apodo es herencia dejada de su padre, quien también fue un laborioso hombre de la Feria.
En su época de juventud “el Churrito” fue famoso por su gran habilidad como “cargador de cuna”. Era el mejor cargador de repollos, lechugas y verduras en general, en “cunas” que pesaban entre 40 y 50 kilos cada una.




EL COCHAYUYERO



Otro personaje que a diario se le ve recorriendo los diferentes barrios y calles de la ciudad es el cochayuyero, quien a lomo de una mula o un macho recorre pueblos y ciudades ofreciendo su deliciosa, nutritiva y sabrosa carga de cochayuyo, negro o rubio, según el gusto de la clientela. También suelen ofrecer abrigadoras frazadas, calcetas y guantes de lana de oveja, tejidas por las laboriosas y gastadas manos de sus mujeres.
Hace algunos días, mientras transitaba en pleno centro de la ciudad, me encontré con uno de estos personajes. De inmediato pensé en el charquicán del próximo invierno, así que no vacilé en comprarle unas cuantas trolas. Y de pasadita entablar una breve conversación.
Don José Suazo, oriundo de Pelluhue recoge por aquellas playas su producto. Su cargamento lo va distribuyendo por Chanco, Cauquenes y Parral. Luego prepara otra carga y la traslada hasta San Carlos en bus. Allí, en casa de unos amigos tiene encargado su “Palomo” con quien se dedica a recorrer San Carlos y Chillán hasta agotar su mercadería. Cada periplo por estas “tierras del interior” le ocupa unos dos meses, luego de los cuales regresa a la costa en busca de un nuevo cargamento.
Reconoce que cada día está más difícil el negocio por que la gente ya casi no consume cochayuyo. Prefieren los alimentos de la modernidad y además desconocen las recetas que usaban nuestras abuelas para cocinar esta rica alga marina, muy apetecida en otros países.
Con el cochayuyo, dice don José, se puede hacer charquicán, carbonada, ensalada, fritos y por último, se tuesta un poquito y queda como el más delicioso de los manjares. Las mamás antiguas solían pasarle un trocito de cochayuyo remojado a sus guagüitas cuando le estaban saliendo sus dientecitos. Mmmm, que tiempos aquellos!!!!!!

viernes, 26 de marzo de 2010

CUERPO DE BOMBEROS DE CHILLAN

CUERPO DE BOMBEROS DE CHILLAN

128 AÑOS PROTEGIENDO A LA CIUDAD Y FORMANDO HOMBRES LIBRES

Texto y fotos

Adolfo Márquez Esparza

admar58@hotmail.com

El Cuerpo de Bomberos de Chillán se encuentra cumpliendo 128 años de existencia cuidando las vidas y los bienes de toda la ciudadanía. Es una institución nacida en medio de la adversidad y organizada con el esfuerzo individual de cada hombre y mujer que hoy forman en sus filas. Nadie puede poner en duda que ésta es la primera y la más importante institución de servicio público y no hay otra que se le iguale ni por muy significativa que sea su función.

Pero en esta oportunidad no le vamos a hablar del servicio público que día a día deben prestar los Bomberos de Chillán, y naturalmente los de toda la República. Esta vez vamos a mirar a nuestro Cuerpo de Bomberos como una institución de formación de mujeres y hombres verdaderamente libres. Quienes se integran a las filas bomberiles lo hacen motivados solamente por altos valores humanitarios; no hay recompensa material ni monetaria capaz de compensar los riesgos y renunciaciones a que son capaces de llegar nuestros Bomberos.

Qué los mueve? Qué les ofrecen los Cuarteles? Por qué día a día son tantos los que llaman a sus puertas solicitando su incorporación? Para dar respuesta a estas y otras inquietudes similares es necesario internarse un poco más en el alma institucional.

Nacida del dolor y la desgracia y concebida con verdadero espíritu de sacrificio, esta institución desempeña una misión de abnegación que no tiene límites, porque llega hasta el sacrificio de la propia vida, para defender la vida y la propiedad de los demás sin otra recompensa que la grata satisfacción del deber cumplido.

En nuestro país la juventud que alimenta y mantiene el entusiasmo de los Cuerpos de Bomberos, diseminados en todas las poblaciones, se impone a sí mismo una gran cuota de sacrificio, pagando aún por servir, ya que sin sus erogaciones no podrían sostenerse las compañías que sirven.

La libertad es la enseña sublime del Cuerpo de Bomberos. Sus voluntarios llegan solos, libremente solicitan su incorporación, y en plena libertad se consagran al servicio de los demás sin importar el frío, la lluvia, la hora y dispuestos al sacrificio de los más bellos momentos familiares.

Inspirados en los ideales del culto a la caridad y de la abnegación, el Cuerpo de Bomberos no podía limitar sus actividades a prevenir la propagación de los incendios o a la limitación de sus estragos, objetivos inmediatos de su organización.

De escuela de sacrificio para llenar la tarea de conservación de la vida y de las propiedades de los habitantes, ha pasado sin mayor esfuerzo y como el simple desenvolvimiento de aquellos ideales, a ser escuela de civismo, de confraternidad y de progreso moral. Por eso no hay dolor en que no haya participado y al que no haya llevado un lenitivo; no hay momento de angustia en que no haya sido el primero en ofrecer su ayuda; no hay conflicto en que el país se haya encontrado a que no haya dejado de acudir; no hay cataclismo de la naturaleza, o plaga de la humanidad cuyos estragos no haya estado pronto a remediar solícito y activo.

En la filas del Cuerpo de Bomberos se encuentran amalgamadas las voluntades del empresario, del médico, del profesor, de la dueña de casa, del obrero, del artesano, del estudiante, en fin, toda la sociedad esta representada en esta institución, no dando lugar a las diferencias de ningún tipo.

Con una organización verdaderamente democrática, es en el hecho una entidad en que todos sus hombres y mujeres son iguales, se enseña a respetar el derecho, se aprende a mandar y a obedecer y se hace de sus miembros verdaderos y concientes ciudadanos y esforzados soldados del deber.

Revista Hatuey se suma al regocijo de la institución por este nuevo aniversario y por la conmemoración del Día Nacional de Bomberos de Chile, ambas fechas reunidas en este mes de junio, promisorio de nuevos bríos para enfrentar la vida.

PATIPERROS CHILLANEJOS...

QUERIDOS AMIGOS,
ESTA PAGINA TIENE COMO OBJETIVO MANTENER VIVA NUESTRAS RAICES PARA QUE SIEMPRE TENGAN PRESENTE LA POSIBILIDAD DE VOLVER AL TERRUÑO QUE NOS VIO NACER.

LA VIDA NOS OBLIGA A SALIR POR DIFERENTES RAZONES, PERO, COMO LOS ELEFANTES, AL FINAL DEL CAMINO SIEMPRE BUSCAREMOS LA TIERRA ANCESTRAL.
ESTA ES UNA VENTANA QUE LES INVITA AL REGRESO A LA TIERRA NATAL...